El uso de PTFE para la copa de muestra en estas bombas es una opción obvia, no sólo debido a su inertica única a ácidos fuertes y altas temperaturas, sino también porque es transparente a la energía de microondas, permitiendo que la energía fluya directamente a la muestra y sirviendo también como un aislante para restringir el flujo de calor de la zona de reacción. Sin embargo, el PTFE, tienen dos características que lo convierten en algo menos que perfecto para esta aplicación, y el usuario que entiende estas deficiencias será capaz de minimizar su efecto en su trabajo.
En primer lugar, PTFE tiene una tendencia a deslizarse o fluir bajo presión o carga. Esta tendencia está presente incluso a temperatura ambiente y se acentúa a temperaturas más altas. A temperaturas inferiores a 150°C, la tendencia a deslizarse será insignificante. Pero cuando las temperaturas se elevan por arriba de 150°C el efecto fluencia serán más pronunciado, lo que hace más difícil mantener un sellado hermético y resulta en una deformación y una vida más corta para los componentes de PTFE. La magnitud del efecto fluencia será aproximadamente proporcional a la temperatura máxima de operación.
En segundo lugar, el PTFE es un material poroso. Aunque los materiales y diseños utilizados en bombas de digestión ácida Parr minimizan los efectos de su porosidad, los usuarios de estas bombas pueden esperar ver la evidencia de migración de vapor por el sello de la tapa y a través de la pared del propio revestimiento. Parr es capaz de minimizar estos problemas mecanizando estas partes de PTFE virgen que se ha moldeado a una presión óptima seleccionada para reducir cualquier porosidad a un mínimo absoluto. Las paredes gruesas y sellos efectivos usados en estas bombas también ayudan a superar estas propiedades indeseables. Los experimentos han demostrado que la cantidad de soluto perdido de esta manera durante una digestión normal es insignificante, pero habrá migración del vapor a las paredes de la copa de PTFE y no puede evitarse.